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RECRUDECIMIENTO DEL PROTECCIONISMO COMERCIAL MUNDIAL

Publicado el 22/01/2020

RECRUDECIMIENTO DEL PROTECCIONISMO COMERCIAL MUNDIAL

En plena era de la mundialización del comercio estamos asistiendo a preocupantes episodios de proteccionismo por parte de distintos países. Quizá sea la traslación de la tercera ley de la mecánica de Newton, «para cada acción existe una reacción igual y opuesta», al campo de lo social. La mundialización del comercio ha provocado un crecimiento económico sin precedentes en la historia, pero hace estragos en economías poco eficientes, sumiendo en la pobreza a capas enteras de la población y creando desigualdades intolerables, sin embargo, la reacción proteccionista por parte de algunas sociedades es navegar en contra de los fuertes vientos de la Historia.

En los últimos decenios ha cambiado de forma sensible la distribución de fuerzas económicas en el mundo. De modo que, según informa Enrique Fanjul en un reciente artículo, citando fuentes de la consultora McKinsey, “en 2000, Asia representaba el 32% del PIB mundial en términos de paridad de poder adquisitivo. Esta participación aumentó al 42% en 2017 y va camino de llegar aproximadamente el 52% para 2040. Por el contrario, la participación de Europa disminuyó del 26 al 22%, y la de América del Norte del 25 al 18% entre 2000 y 2017 (…)”. Será importante, pues, seguir el hilo de las relaciones entre estos grandes bloques, en especial los episodios de la política de aislamiento económico que está siguiendo el presidente Trump y su particular guerra comercial con China, el gigante asiático.

Las tensiones comerciales desplegadas entre EE. UU. y China son el paradigma de los episodios proteccionistas que amenazan el desarrollo económico mundial, y que parecen retrotraernos a los viejos tiempos del mercantilismo, desafiando todas las leyes económicas de liberalización comercial, que tan altos grados de prosperidad mundial han proporcionado. Estas políticas proteccionistas y aislacionistas de algunos países (a anotar la deriva de Gran Bretaña), y en especial la guerra comercial desatada entre EE. UU. y China, parecen haber hecho mella en la economía global, de modo que durante el año 2018, en su último trimestre, y el 2019, hemos visto como el comercio mundial sufría una cierta desaceleración.

Tras varias rondas de subidas de aranceles en las relaciones bilaterales entre los dos grandes países, EE. UU. y China, por fin, hace unos días, concretamente el pasado 15 de enero, se ha firmado un acuerdo preliminar entre ambos. Puede ser un principio de armisticio entre estas potencias, pero el fin de su guerra comercial parece estar lejos. Según este acuerdo, China se compromete comprar unos USD 76.700 millones en productos estadounidenses durante el primer año y USD 123.300 millones para el segundo. A cambio Estados Unidos suspenderá una nueva ronda de aranceles (de 15% sobre bienes chinos por un valor de 160.000 millones de dólares y que entrarían en vigencia el 15 de diciembre) y reducirá hasta un 7,5% los aranceles de 15% a importaciones chinas por un valor de 120.000 millones, que entraron en vigor el 1 de septiembre de 2019. Sin embargo, los aranceles del 25% impuestos a productos chinos por un valor de 250.000 millones de dólares se mantendrán.

Este tímido principio de acuerdo servirá para dar algo de aliento a los mercados, pero puede ser contraproducente para la U. E., y, en consecuencia, para España, pues parte de las mercancías que China se compromete a comprar al país norteamericano, dejará de adquirirlas en Europa, y si bien, los países más perjudicados son Alemania y Francia, el nuestro quedará afectado. Según ICEX España exportó al gigante asiático durante 2018, del orden de 6.276 millones de euros (2,2% del total de la exportación), destacando: cobre, piezas y equipos de automoción y carne de cerdo, por el contrario, España importó de China en el mismo año 26.908 millones de euros (8,4% de la importación total).