EL LIBRO BLANCO DE LA REFORMA FISCAL Y LA ESCALADA DE PRECIOS
EL LIBRO BLANCO DE LA REFORMA FISCAL Y LA ESCALADA DE PRECIOS
El IVA, segundo pilar básico de nuestro sistema fiscal, el primero es el IRPF, es estudiado con especial interés por el Comité redactor del Libro Blanco sobre la Reforma Tributaria, dado su elevado potencial recaudatorio.
Algo muy sabido, pero siempre olvidado, es que España se encuentra entre el conjunto de las economías de la UE que con menor presión fiscal gravan el consumo (9,4% del PIB, frente al 12,3% del promedio europeo), al tiempo que hace recaer más la carga tributaria sobre los impuestos personales (IRPF, IS). Esta propensión a basar más la recaudación en los impuestos personales que en los indirectos es característica de los países europeos, frente a otras economías avanzadas, como las de EE. UU. y Japón, que prefieren recaudar en mayor medida por medio de impuestos sobre el consumo, pero, aun dentro de Europa, el caso de España es especialmente notable.
Además del rasgo general del menor esfuerzo impositivo sobre el consumo, el IVA en España presenta anomalías que le merman capacidad recaudatoria, la más destacada es el elevado uso que hace nuestro país de los tipos reducidos del impuesto. España tiene un 32% de su gasto sometido a tipos reducidos de IVA, frente a países como Alemania en los que la cesta de consumo a tipos reducidos tan solo alcanza el 18%. Hay que destacar que muchos de los bienes que en nuestro país quedan gravados al tipo superreducido del 4%, en la mayoría de los estados europeos lo son al tipo reducido, no al más bajo, que queda únicamente reservado para unos pocos artículos básicos.
Según un estudio de la AIREF (*), España grava con tipos impositivos claramente más reducidos que sus socios europeos la alimentación, salud, ocio y cultura y restauración (especialmente, en el suministro de bebidas alcohólicas), que representan una parte sustancial del gasto de los hogares.
El Libro Blanco recoge todas estas circunstancias y declara que, con datos de Eurostat en 2019, la participación del IVA en el total de ingresos tributarios españoles (incluidas las cotizaciones sociales) es inferior a la media aritmética de la UE-27 (un 18,7% frente a un 22%), aunque un poco superior si se atiende a la media ponderada por PIB, ocupando el puesto 23 en la UE en términos de recaudación del IVA sobre el PIB nacional. El Comité concluye que España es el país de la Comunidad Europea en el que una mayor parte de la base imponible del IVA tributa a algún tipo reducido. De hecho, con un flat tax (tipo único) que fuera sólo la mitad del actual se recaudaría lo mismo.
Para poner cifras a todo esto, el informe asegura que las exenciones del IVA merman la recaudación del impuesto en 18.600 millones, y la existencia de tipos reducidos y superreducidos restan otros 27.100 millones más. Sobre estas dos circunstancias basa el Comité el grueso de sus recomendaciones para mejorar la recaudación.
La principal recomendación del Comité es la de eliminar gradualmente los tipos reducidos y superreducidos del impuesto, articulando un sistema para que los hogares con menor renta reciban una compensación adecuada por el aumento que experimenten en su gasto. A corto plazo recomienda que se revise la lista de productos gravados con tipos reducidos para eliminar de ella todos aquellos en los que no está justificada esta medida, señalando en concreto el tipo único del 10% de la restauración, cuando en otros países se aplican tipos diferenciados por productos.
También propugna la eliminación de exenciones, principalmente a los servicios de enseñanza y sanitarios proporcionados por entidades privadas, reservando la exención únicamente para los servicios públicos, aunque reconoce que esta medida podría contravenir de algún modo la directiva y reglamentos comunitarios.
Otras propuestas se refieren a la eliminación gradual, pero rápida, de los regímenes simplificados y el recargo de equivalencia, sin aconsejar, para sustituirlos, la introducción del sistema de franquicia que usan otros países de la UE para negocios muy pequeños.
Sin olvidar que la Comisión Europea acaba de recordar a las economías más endeudadas, como la nuestra, la necesidad de volver en 2023 a los ajustes fiscales paralizados por causa de la pandemia, lo que nos obliga a presentar un plan de reequilibrio de nuestras cuentas nacionales, las recomendaciones del Comité no pueden llegar en momento más inoportuno, por una parte, aconsejan aumentar el gravamen del IRPF – eliminando exenciones y deducciones – con lo que la renta disponible de las familias quedará recortada, con la consiguiente reducción del consumo, tan necesario para remontar nuestra convaleciente economía, y por otra, incrementar el IVA y los impuestos indirectos, que de aplicarse, impulsarán al alza la escalada de precios que venimos sufriendo.
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(*) Ver AIReF-Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (2020), “Evaluación del gasto público 2019”. Para una comparativa global de nuestro esquema de impuestos con otros países europeos también puede consultar nuestra nota ¿SUBIDA GENERALIZADA DE IMPUESTOS? MITO Y REALIDAD DE LA PRESIÓN FISCAL EN ESPAÑA